El Gobierno de EEUU presiona a la Fed para que relaje su política de tipos apoyándose en el empleo
La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos (EEUU) aprovechó el primer párrafo del comunicado del 27 de julio en el que anunció una subida de tipos de interés de 75 puntos básicos, hasta el 2,5%, para hacer una referencia al mercado laboral: “La creación de puestos de trabajo ha sido sólida en los últimos meses y la tasa de desempleo se ha mantenido baja”. Ahora, con el empleo del país en niveles previos a la pandemia y no vistos en 50 años, el Gobierno de EEUU presiona al banco central para que sea menos agresivo en el incremento del precio del dinero.
“La Fed mirará los datos de empleo y si bien tal vez hagan su trabajo un poco más difícil, por otra parte les darán un margen de maniobra suficiente para reducir la inflación sin causar un daño indebido”, señaló este viernes la asesora económica de la Casa Blanca, Cecilia Rouse, a Efe.
Un mensaje directo para el presidente de la Fed, Jerome Powell, que insistió en su última comparecencia en que su único objetivo es bajar la inflación al 2% desde el 9,1% actual, máximos de cuatro décadas. Powell señaló que no era momento de tener un calendario claro de subidas en el precio del dinero sino de monitorizar todos los indicadores económicos y tomar decisiones en el más corto plazo, reunión a reunión, estrategia que ya adelantó el Banco Central Europeo.
La Fed entiende que una política agresiva de subida de tipos de interés, lleva cuatro en lo que va de año, daña al empleo y a la economía hasta provocar una recesión, pero Estados Unidos ya está en un técnica. El país encadena dos trimestres consecutivos de contracción, del 0,2% en el segundo y del 0,4% en el primero. En cambio, el Gobierno afirma que no se puede hablar de recesión dada la solvencia del mercado laboral.
El mercado, que hasta ahora esperaba una subida de tipos de 50 puntos básicos en septiembre para proteger la economía, empieza a pensar que podría repetirse otros 75 puntos básicos dada la robustez del empleo con una tasa de paro del 3,5% y la creación en un mes de 5,7 millones de puestos de trabajo nuevos pulverizando las estimaciones de los expertos.
El Gobierno estadounidense comparte este análisis, pero es consciente de que no puede intervenir en la política monetaria de la Fed y por ello Rouse enfatizó el hecho de que el presidente del país, Joe Biden, considera prioritario darle a la Fed la independencia necesaria para combatir la inflación. Eso sí, recordó que el Gobierno está llevando a cabo medidas para controlar los precios como la reducción del déficit, acciones contra el cambio climático o la posibilidad de reducir los aranceles a China heredados de la era Trump.